lunes, 30 de marzo de 2009
Entre la realidad y la ficción
Los visitantes del museo pasean la mañana del domingo entre lo que quieren que sea su día de refilón cultural. No entienden lo que están viendo, pero si esta dentro del museo será que deben mostrar algún interés aparte de seguir con la mirada a los niños que se dedican a correr sorteando a los demás visitantes y escapar de los vigilantes que se afanan en que no toquen lo expuesto. La mañana esta desapacible y no invita a tomar el aperitivo en alguna de las terrazas de la plaza así que deciden adentrarse en las salas de la colección, entre los muchos cuadros y esculturas de formas que no pueden identificar encuentran algo conocido. Se sienten a gusto en esta sala, sobre todo porque en el gran texto de la entrada se les explica que aquí empezó el arte contemporáneo, esto sí lo entienden. Con la convicción de que tras algunas visitas contemplando “Los desastres de la guerra” y “Los caprichos” de Goya puedan comprender porque en la muestra de Eulalia Valldosera están expuestos los botes vacios de Fairy y porque hay que pasear con un carrito del súper. Puede que otro domingo se animen también a hacer la cola para entrar en el Museo del Prado, aunque allí los niños no se diviertan tanto.
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